Blogia
Al otro lado del charco

La tradición dicta que se le cante a la novia hasta que esta decida abrir la puerta. Como mi padre es el que tiene la voz más potente, él fue el encargado de cantar desde fuera de casa. El pobre estaba un poco acatarrado y no sabía que tal le iba a salir, pero en cuanto llegó la hora del espectaculo le salió un chorro de voz que no veas. Empezó cantando "las Mañanitas", pero adaptada a la ocasión: 

"Estas son las nochecitas que cantaba el rey David... a las muchachas bonitas se las cantamos así...."

Se oían risas y gritos de júbilo dentro de la casa, pero la puerta no se abrió, así que le dije a mi padre que cantara "Novia Mía", una canción típica de las serenatas: 

"Esta novia mía... va a ser mi tormento... de noche y de día... esto es lo que siento..."

Los casi 4 minutos de canción fueron recibidos con más gritos y risas desde dentro de la casa, pero la puerta siguió sin abrirse. Solo nos encendieron la luz del garaje. Tras unos 3 compases, la puerta de la casa se abrió por fin y apareció Denise con las lágrimas rodandole por la cara. Al parecer ella hubiera abierto tras la primera canción, pero su madre y su hermana no le dejaron abrir hasta la tercera. "El que algo quiere, algo le cuesta," dijeron. 

0 comentarios