A hole new experience
Este es el lago de Cachí, a donde me llevaron en mi primera excursión
Conducir por las calles y carreteras costarricenses es toda una aventura. Como ya dije, aquí la gente conduce como si les hubiera mordido un perro rabioso el día anterior, pero hay un elemento más que le añade suspense a la cosa, el asfalto. El material que se utiliza aquí para asfaltar las calles es de pésima calidad. El resultado es que las calles están llenas de socavones por todos lados, parecen auténticas versiones viales de un queso grullere. Uno se pasa el tiempo esquivando agujeros y no hay lugar para los despistes, porque algunos de los socavones son lo suficientemente grandes y profundos como para cargarse la suspensión de cualquier coche. Eso hace que las velocidades medias a las que la gente circula sean realmente bajas. A parte, como el país está lleno de montañas, las carreteras son una pura curva. Por eso, aquí las distancias engañan. Los no iniciados miran un mapa, ven que la costa está apenas a 300 kilómetros de distancia y automáticamente piensan: “en 3 horitas y pico me planto en la playa”, cuando en realidad se tarda más de 8 horas en llegar.
Hoy hice mi primera excursión larga en coche desde que estoy aquí. Visitamos la zona de Cartago que está al sureste del valle central. Me quedé muy impresionado con el paisaje. Mi impresión de este país ha cambiado por completo después de hoy. Antes de venir aquí todo el mundo me decía que Costa rica era un auténtico paraiso terrenal, pero a decir verdad, lo que había visto hasta ayer no tenía nada de paradisíaco. Las nucleos urbanos del valle central, donde está situada la capital, son bastante feos. Hoy he descubierto que las zonas rurales son otra historia, parecen otro país. Los parajes naturales de este país son tan hermosos que le quitan a uno el hipo, y eso que no he visto aún las playas. El fin de semana que viene iremos a Limón, una población de la costa atlántica donde nació el padre de Denise. Ya os contaré que tal me va.
1 comentario
Christian -
Me parece mentira que después de tantos años me entere de tus planes de boda via Blog.
No tiu noooo, no te cases.. no te vayas a Costa Rica... no cantes canciones de amor... no te enamores... no toques la guitarra... no caigas bien a tus suegros...
Noooooooooooooooooooooooooooooo, no tiu nooooooo. NO COMAS TORTILLA DE PATATAS.
Oye, me invitarás a la boda, ¿no? Hace tiempo que tengo ganas de ir Costa Rica... :o)
A ver cuando te pasas por Madrid, que la última vez fui yo a Barcelona...
Me alegro de que todo vaya bien.
Un abrazo muy fuerte de tu amigo y mentor.